El sueño de cualquier empresario es ampliar un centro de trabajo a la carta, de manera puntual, y sin que suponga efectuar una gran inversión o un traslado. Y es que, en ocasiones, se necesita más espacio para atender a la demanda o para que los trabajadores se encuentren más cómodos. Sea cual sea la razón, muchas empresas optan por los pabellones desmontables para incrementar su productividad o su capacidad de almacenamiento en previsión de una subida de precios, por ejemplo.
¿Falta espacio en la empresa? Consecuencias de no reaccionar
Son diversas las razones que pueden estar detrás de la falta de espacio en una empresa. En general, una estancia, ya sea un comedor o un almacén, se ha quedado pequeña. Si bien, el mercado ofrece diversas soluciones, el coste puede ser muy elevado y no resultar viable. Por ejemplo, si es el almacén el que se ha quedado pequeño para las necesidades puntuales de ese momento, se puede optar por un almacén externo. Sin embargo, la inversión es cara. También se puede externalizar el inventario y cedérselo a una empresa de transporte, aunque se encontrará el mismo problema.
La cuestión es que, si no se actúa, es posible que se pierda a una parte importante de la clientela o no se pueda responder a la exigencia de plazos que marca el comercio electrónico, por ejemplo. Por otro lado, un almacén saturado necesita más personal para ser operativo y hay que tener en cuenta que contratar más personal también puede ser inviable.
Por otro lado, mudarse a otro espacio más amplio también es caro. Además, nada garantiza que, con la volatilidad de la demanda actual, sea posible mantenerlo a corto o medio plazo.
También se puede optar por hacer oídos sordos a ese incremento de demanda y dedicarse exclusivamente a un número concreto de clientes. Sin embargo, así se iría contra la naturaleza de cualquier negocio: su crecimiento.
La solución para ampliar un centro de trabajo
En Lauralu, proponen una solución creativa, innovadora y asequible: los pabellones temporales. Son estructuras con distintos diseños que se pueden utilizar puntualmente cuando venga bien. Después, cuando no son necesarios, se desmontan y se guardan hasta la próxima ocasión.
Gracias a estas naves desmontables, se ahorra en los elevados costes que supondría recurrir a la cimentación. Sin embargo, no solo se trata de un ahorro económico. También supone un importante ahorro de tiempo, ya que se instalan con bastante más rapidez que una de obra y responde a cualquier situación de urgencia de manera eficiente. Además, no requieren permiso de obras ni ninguna clase de certificación o visado.
Por otro lado, tampoco obliga a renunciar al espacio que ocupa porque cuando no hagan falta se puede quitar sin coste alguno.
En definitiva, ampliar un centro de trabajo no solo es posible, sino que es factible reduciendo costes si se tienen en cuenta el resto de las alternativas. De este modo, ningún negocio renuncia a su crecimiento natural ni a atender a su clientela en los puntos de demanda. Para más información, basta con contactar con Lauralu.
